SOMOS BORU
“Objetos únicos, hechos a mano, con los que convivir y para ser vividos. Eso es Bōru.”
La historia de cada Boru empieza en el mismo lugar; en el torno. Cuando el barro llega ahí, empiezan a surgir los diferentes caminos que puede tomar, ¿el final? Bueno, con el barro siempre es impredecible.
El barro marca sus guías, te lleva, te deja solo tomar algunas decisiones, aunque siempre tienes que acabar consensuándolas con él.

LOS OBJETOS
“Cada Bōru es un ejercicio
continuo de prueba y error”

Es difícil explicar por qué cada Bōru es cómo es, aunque siempre tengo el mismo punto de partida: crear objetos que sirvan, que transmitan, que sean bonitos y que puedan usarse para lo que cada uno quiera.
Luego está el proceso, una forma te lleva a otra, un error te inspira un nuevo camino. El objetivo es crear, dejar a un lado el qué o el cómo, pero cuando llegas al final sabes que no podría tener otro, que así es cómo debe de ser.
LA INSPIRACIÓN
“Me inspiran los pequeños detalles, esos que muchas veces pasan desapercibidos, esos que solo con los ojos muy abiertos puedes descubrir.”
No pretendo reinventar el objeto, ¿para qué? Pero eso no significa que lo que sale del torno no sea único, diferente y particular.
Cada Boru es para lo que su dueño quiera. Cuando llegan a su casa están listos para ser usados, disfrutados y compartidos, preparados para empezar a escribir su propia historia, incluso olvidando que empezaron siendo simplemente un poco de barro.

EL PROCESO
“Amasar el barro durante media hora, tornear, secar, retornear y volver a secar. Cocer, enfriar, esmaltar, corregir, volver a cocer, revisar y ya está”.
