Woman freelance, business, hobby. Woman making ceramic pottery

El arte de trabajar con arcilla ha sido una actividad humana desde tiempos ancestrales, y no es de extrañar que, a lo largo de los siglos, se haya descubierto su poder terapéutico. La cerámica es una actividad que combina la creatividad y la destreza manual, lo que la convierte en una herramienta muy útil para mejorar la salud mental y emocional de quienes la practican. En este texto, exploraremos los diferentes aspectos terapéuticos de la cerámica y cómo esta puede ser una herramienta valiosa para mejorar nuestra calidad de vida.

El primer aspecto terapéutico de la cerámica es su capacidad para ayudarnos a concentrarnos y relajarnos. Cuando trabajamos con la arcilla, nuestra mente se centra en la tarea en cuestión, lo que nos ayuda a liberar la tensión y el estrés acumulado a lo largo del día. Además, la concentración en el trabajo manual de moldear la arcilla y darle forma, hace que el pensamiento se vuelva más claro y ordenado, permitiéndonos alejarnos de los problemas cotidianos y enfocarnos en el momento presente.

Otro aspecto terapéutico importante de la cerámica es su capacidad para mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo. Al crear algo con nuestras propias manos, experimentamos un sentido de logro y satisfacción, lo que aumenta nuestra autoestima y confianza en nuestras habilidades. Además, al ver el progreso que hacemos a lo largo del tiempo, nos damos cuenta de que somos capaces de crear algo bello y útil, lo que nos hace sentir más seguros de nosotros mismos.

La cerámica también tiene un efecto positivo en la salud emocional, ya que nos permite expresar nuestras emociones y sentimientos de una manera creativa y no verbal. Al trabajar con la arcilla, podemos exteriorizar nuestras emociones y sentimientos en forma de objetos tangibles, lo que nos ayuda a liberarlos y a afrontarlos de una manera más saludable. Además, el proceso de creación nos permite explorar y entender nuestras emociones de una manera más profunda, lo que puede ser muy útil para aquellos que luchan con la regulación emocional.

Por último, la cerámica es una forma de terapia que puede ser disfrutada por personas de todas las edades y habilidades. Ya sea que seas un artista experimentado o una persona que se acerca por primera vez a esta disciplina. Otro aspecto positivo de la cerámica es que es una actividad que se puede realizar tanto individualmente como en grupo, lo que puede ser especialmente útil para aquellos que se sienten solos o aislados. Al trabajar en un grupo, se pueden crear vínculos sociales y emocionales, lo que puede ayudar a mejorar la autoestima y a disminuir los sentimientos de soledad.

Por otra parte, la arcilla y la cerámica en general nos enseñan a ser pacientes, a liberarnos del apego material, y a conocer y aceptar nuestros límites.

En efecto, la cerámica nos ofrece mucho con poco que le demos, pero siempre y cuando respetemos ciertas normas.

La primera es entender que la cerámica necesita sus tiempos. Nos vamos a dar rápidamente cuenta de esto cuando intentemos utilizar atajos o intentemos acelerar los procesos, ya que el resultado será mediocre sino catastrófico. La preparación adecuada del material, su uso meditado, el secado minucioso de las piezas, y una cocción correctamente elegida son absolutamente necesarios para obtener un buen resultado.

La segunda es entender que para llegar a un resultado excelente hay que romper muchas piezas. En este caso, los atajos no valen. El que quiere obtener lo mejor de la arcilla debe asumir el coste que ello supone. Y lo más importante es aprender a disfrutar del proceso. No hay mayor satisfacción que “soltar”, dejar el afán de producir y acumular, y cambiarlo por el disfrute de mejorar, de aprender y de entender que para crear una pieza debes de romper diez.

Con respetar estas dos normas ya habremos aprendido mucho, lo cual nos hará no solo mejorar en nuestra práctica cerámica sino también en nuestra propia vida, ya que los valores que nos enseña esta práctica se pueden trasladar directamente a muchos aspecto de nuestra vida. Al arcilla es como una persona. Es necesario tener una diálogo con ella, tratarla con delicadeza pero con determinación. A veces tendremos que negociar. Pero en ningún caso forzarla, porque de lo contrario nunca obtendremos lo que queremos de ella.

En resumen, la cerámica es una forma de arte y artesanía que puede tener un impacto positivo en la salud mental y emocional de las personas. Al trabajar con las manos y la arcilla, se fomenta la concentración, se reduce el estrés y la ansiedad, se mejora la autoconfianza y la autoestima, y se pueden exteriorizar emociones y pensamientos.

La cerámica que modelamos nos modela a su vez a nosotros y nos convierte en una versión mejor de nosotros mismos.